jueves, 6 de agosto de 2009

DESPLIEGOS Nº 4 : El simposio bajtiniano: encuentro y diálogo con una metáfora

El simposio bajtiniano: encuentro y diálogo con una metáfora

RAQUEL B. KREICHMAN
La Obra de Mijail Bajtín, intelectual humanista de la Rusia de la década de 1920 estaba en gran parte ya gestada en ese breve y fructífero esplendor cultural, luego del cual, con la llegada del stalinismo fue largamente acallada hasta que, cuatro lustros más tarde se la recupera con una circulación que cada vez se extiende y profundiza más. Circulación que posibilitó el impulso y desarrollo del campo del análisis del discurso y la semiótica así como diversidad de apropiaciones de su teoría – crítica por estudios diversos.
Este trabajo parte de una expresión bajtiniana, que un día se me representó como una posible metáfora de su escritura: la vida interhumana como un simposio dialógico inconcluso universal.
Se intenta bordear la intuición sobre la potencia de esta metáfora desde algunos de sus dispositivos teóricos – analíticos. Poner en evidencia cómo, la impronta bajtiniana, no sólo logra rechazar sino subvertir los discursos esencialistas, causalistas, deterministas y toda palabra fundamentalista, que con diversas y siempre renovadas imágenes, según las luchas por la consolidación de una hegemonía discursiva, (Dios, Naturaleza, Razón, Raza, Mercado, Ciberespacio) se presentan a sí mismos como dotados del Logos capaz de revelar alguna razón única y verdad última.
La metáfora quizá permitirá contrastar figurativamente las ideas - fuerza de la escritura bajtiniana, tan ligada a la vida, con la cosificación del individuo, la sociedad y el sentido, propio de la episteme tradicional esencialista.
Partiré entonces desde este encuentro porque creo que, tanto los procesos de producción como de recepción teórica requieren de cierto punto metafórico capaz de habilitar caminos para desarrollar – comprender, una lógica argumentativa en oposición a otras, un modelo para armar – desarmar desde las claves que representan las nociones y conceptos articulados a diversas problemáticas.
La metáfora del simposio, como veremos luego, subvierte, entre otras, a la que sedimentaran los discursos positivistas, los que forjaron, podríamos decir, una metáfora organicista, genética, totalizadora, conclusiva para la cual lo social, concebido como un todo orgánico natural integrado por individuos autónomos, se constituye y evoluciona determinado por leyes históricas naturales de progreso, capaces de regular la vida de las instituciones, desde la familia al Estado.
Es que la modernidad occidental debió reinstitucionalizar el mundo desplazando la simbólica y la lógica teológica que interpretaba y comprendía a la realidad, los hechos y los acontecimientos como consecuencias de una única voluntad divina universal que amparaba con sentido igualitario y trascendente a todos los hombres.
La metáfora organicista que incluye el universo, el mundo, la humanidad postula una nueva totalidad material que se representa como la única unidad capaz de garantizar, frente al tan caro deseo existencial de completud y sentido unívoco, la cohesión inmanente de todo lo disperso: la naturaleza. Toda particularidad se encuentra incluida y determinada por este orden natural universal regido por el logos de la razón. La razón, fundamento y garante, será el lenguaje por el que se pueda acceder a la lectura del libro de la naturaleza en la que se encuentran las verdades universales.
Pero, para Bajtín el libro de la naturaleza no responde. Por eso, en el simposio dialógico inconluso universal bajtiniano, profundamente vital, se trata de escuchar los diálogos que tejen la vida humana.
El autor rechaza la cosificación del sujeto y el conocimiento. Plantea que el objeto de las ciencias humanas no es el hombre como cosa, sino con voz, por esos los textos, orales o escritos, son el material primario de las mismas. Asimismo, escribe que tampoco los hechos sociales, la cultura, incluso los textos pueden ser tratados como cosas o datos objetivos que en sí mismos se ofrecen a la observación.
Para Bajtín, la observación es un proceso de comprensión dialógica desde una razón dialógica. El encuentro con un enunciado es un encuentro dialógico con otro, otros. El sujeto que comprende un enunciado forma parte del enunciado; entre ambos se establece un diálogo. Afirma, que así como en la microfísica, el experimentador forma parte del sistema experimental, el observador no tiene una posición fuera del mundo observado, su observación forma parte del objeto. Rechaza abiertamente las explicaciones causalistas, behavioristas que consideran a los textos, orales o escritos, como cadenas verbales de reacciones causales.
El dispositivo de saber comprensivo que Bajtín propone es el del método dialógico, método que evidentemente parte del reconocimiento del otro. Si bien la dualidad del locutor y receptor sería irreductible, la racionalidad dialógica, que se reconoce histórica y relativa, que no tiene las pretensiones de conocimiento último de la razón natural, sí posibilita una comprensión humana profunda.
En oposición a la metáfora que encarna un cuerpo total, natural, la metáfora del simposio dialógico, universal, inconcluso imagina y representa el espacio y desarrollo de la vida propiamente humana como el de una Asamblea de parlantes, heteroglósica y abierta. Asamblea de parlantes que se encuentran entregados por completo a la palabra que forma la tela dialógica de la vida humana.
Los seres parlantes, habitantes de esta Asamblea, (¿Agora?) heredan de sus antepasados palabras urdidas en diversas configuraciones significativas.
Por eso para Bajtín el discurso es social, se opone al imaginario de la propiedad personal de los enunciados. Explica que el hablante no es un Adán bíblico que pone nombre a objetos no nombrados. El objeto de discurso se encuentra ya hablado, vislumbrado, valorado. Todo texto se apropia de textos ajenos, es una respuesta a otros textos y por tanto ningún enunciado puede considerarse como una propiedad y entidad aislada sino una apropiación singular vinculada a distintas cadenas textuales.
El autor escribe que el texto, como una mónada, reflejaría en sí todos los textos posibles de una esfera determinada del sentido. Entonces, el texto abierto, dialógico es plural y polifónico. Remite, a través de diversos modos de apropiación de la palabra ajena, ( citas, aluciones, evocaciones, doxa implícita) a distintos contextos textuales y campos de sentido.
En el simposio y sus sistemas dialógicos los sujetos, la lengua, la historia, la vida se entrelazan. El autor escribe que las diversas esferas de la actividad humana están todas relacionadas con el uso de la lengua. Por eso, está claro que el carácter y las formas de su uso son tan multiformes como las esferas de la actividad humana, que con sus prácticas consolidan en el tiempo diversidad de géneros, tipos temáticos, estilísticos, composicionales relativamente estables.
Los tipos de enunciados, géneros discursivos, serían correas de transmisión entre la historia de la sociedad y la historia de la lengua, la lengua y la vida. Los cambios históricos en los estilos de la lengua están indisolublemente vinculados a los cambios de los géneros discursivos.
El simposio, entonces, es heterogéneo, significativamente multivocal, multiacentuado.
Con sus dispositivos teóricos – analíticos, Bajtín desenmascara, en el interior de este convulsionado simposio a los llamados enunciados monológicos ( que en este caso vinculamos con toda palabra conclusiva, esencialista, fundamentalista). Demuestra que éstos no sólo se formulan en detrimento de los demás y pretenden ser la última palabra, sino que con determinados “usos” del lenguaje se presentan como neutrales y encubren su propio carácter simbólico.
Desenmascara este encubrimiento de los enunciados monológicos al mostrar que éstos logran sus efectos de neutralidad y univocidad por un lado, a partir de presentarse como autónomos y autosuficientes y por otro, por el empleo de determinados usos y formas de la lengua. “Usos” del lenguaje y retórica por los cuales someten a sus enunciados a una sola voz y punto de vista, lo cual borra todo índice que refiera al proceso de enunciación.
Para el simposio dialógico bajtiniano, cada enunciado representa una respuesta que espera ser contestada. Una respuesta no neutral sino evaluativa, que toma posición en la cadena de enunciados en que se inscribe, posición sobre los campos de sentidos que las polifonías textuales comprometen.
La eficacia del borramiento del carácter simbólico en los enunciados monológicos, posibilita que se reconozcan como naturales los órdenes que en ellos han sido construidos argumentativamente. Estos enunciados se presentan como la única verdad y libres de todo pecado, es decir, libres de toda contaminación pulsional e ideológica.
Pero Bajtín no se limita a analizar sólo la cuestión retórica de las formas monológicas sino sus efectos y eficacia. Plantea que éstas formas resultan no sólo autoritarias sino violentas y terroríficas. Podríamos decir que la violencia de estos enunciados queda oculta tras lo que se ha dado en llamar metafísica de la presencia, cuyos efectos trasparentes y objetivos, comprometen una dimensión trágica que convoca a la angustia y al miedo apocalíptico.
Es que para Bajtín, las formas monológicas, como toda otra forma de discurso, tienen lugar según condiciones de posibilidad de los espacios que provienen. Por eso vincula a estas formas como emergentes de espacios concretos de dominación, como formas propias de la cultura oficial hegemónica.
Es que los enunciados, en tanto actos únicos e irrepetibles, no pueden emerger en cualquier tiempo y lugar, sino se producen según condiciones de posibilidad, condiciones que sobredeterminan en primer lugar, quien puede o no puede hacer uso de la palabra en ese simposio heterogéneo, jerarquizado y dominante, marcado por lo alto y lo bajo.
Para Bajtin no sólo el contenido de los discursos sino las formas están condicionadas por la organización social de los participantes involucrados La forma de los enunciados monológicos acentúan sus palabras, las modelizan y modalizan, conformes con la experiencia y aspiraciones de su grupo social.

En este sentido, éstas formas logran imponerse como un verosímil social monoglósico, consensuado, armonioso, porque emergen de la hegemonía. Ahora bien, esta monoglosia se hace verosímil no sólo, por la represión de otras formas discursivas, sino porque logran proyectar eficazmente una relación intersubjetiva de saberes que se sedimentan y legitiman, siempre relativamente: la palabra no es una cosa estática o en movimiento mecánico, sino un signo siempre cambiante y, para Bajtín, un signo ideológico.
Este simposio es un mundo de los signos, mundo significativo que coincide con el mundo ideológico. Bajtín afirma que todos los fenómenos ideológicos tienen carácter semiótico.
Pero, para Bajtín los signos de la lengua, las palabras, sólo pueden aparecer en un territorio interindividual – intersubjetivo, es decir, entre dos conciencias. Dado que el territorio de este homo loquens no es natural, escribe que dichos signos no pueden aparecer entre dos miembros cualesquiera de la especie Homo sapiens.
La conciencia toma forma y vida en la materia de los signos creados por un grupo organizado en el proceso de su intercambio social. Para el autor la conciencia no es resultado de un hecho natural ( conductismo – behaviorismo) o mental – individual (como para Saussure) sino que es un hecho ideológico – social que no está determinada de antemano.
Entonces, la conciencia del sujeto emerge como efecto de la interiorización compulsiva del discurso social de la cultura a partir de la palabra ajena. No el cuerpo biológico pero sí la subjetividad humana es efecto social. Cada sujeto se incluirá y posicionará en el simposio intersubjetivamente, como un yo siempre con relación a un tú. La intersubjetividad bajtiniana disuelve la dicotomía yo – tú, individuo – sociedad, no hay sociedad por sobre el individuo, ni individuo autónomo de lo social.
Podemos decir que, la estructura no suturada del sujeto también se manifiesta en las identidades colectivas y la vida social comunitaria. Ni el desenvolvimiento y desarrollo de la vida social comunitaria, ni las identidades colectivas que en ellas emergen y se articulan están determinadas de antemano. Este simposio inconcluso presenta una estructura indecidible en el interior de un horizonte histórico, político, dialógico, contingente, es decir no natural.
La vida de los sujetos y la del simposio tejida en la tela de la palabra son el resultado de una dramática histórica – política.
Por eso, dada su estructura abierta e indecidible, la eficacia de la voluntad monologal hegemónica no es uniforme, ni absoluta, ni eterna. Tampoco lo son las promesas que logran instaurar una instancia de creencia, las cuales no suelen ser cumplidas en el sentido esperado por el garante atemporal que presentan como fundamento ( Dios, Razón, Naturaleza, Raza, Mercado ). Los garantes no suelen responder por ellas, de ahí que las hegemonías discursivas, y quienes las sostienen, sean vulnerables.
Son vulnerables porque aunque pretenden regir los diálogos de todos los mortales, (no sólo con buenos argumentos, por supuesto), éstos encuentran grietas en donde producir sus resistencias. La monología - monoglosia debe luchar para permanecer porque, cuando los efectos opresivos, de dominación se perciben, y no precisamente como un destino inevitable, cuando su verosímil es desenmascarado, emergen en la cultura distintos síntomas de malestar que las convulsiones sociales encarnan.
Nos hemos dedicado bastante a los enunciados monológicos, pero Bajtín sobre todo trabaja arduamente sobre los enunciados dialógicos, es decir polifónicos, multivocales, polémicos , abiertos . Reflexiona y teoriza sobre estas formas en sus interesantísimos estudios, ya sea sobre los diálogos socráticos, sobre la cultura cómica medieval en Rabelais, sobre Shakespeare, Cervantes y Dostoievsky. Se interesa por los géneros populares, por la novela dialógica y el grotesco, géneros híbridos y polifónicos en tanto se apropian de multiplicidad de otros géneros con su variedad de voces y estilos.
En los discursos dialógicos se puede comprender su simposio inconcluso universal donde todas las voces cobran valor. Es que para Bajtín, el gesto obseno en la plaza pública, la palabra del feriante, los juramentos o las muecas del arlequín, no por ignoradas o negadas dejan de ser puntos decisivos para la aceptación, anomia o resistencia a la opresión, para la descedimentación – dislocación – rearticulación de los antagonismos y sus discursos.
En su tesis sobre la cultura cómica medieval carnavalesca, trabajada a partir del texto Gargantúa y Pantagruel de Rabelais, se puede rescatar el valor que para Bajtín tiene la intervención de las prácticas y géneros populares en los cambios sociales. Las resistencias suelen ser discontinuas, contradictorias, asistemáticas, ambivalentes, pero, la articulación de una diversidad puede lograr confluir en una cosmovisión más concientemente contrahegemónica, capaz de desedimentar la monoglosia.
Bajtín describe cómo la plaza pública medieval era escenario de la vida callejera en la que los dueños eran los charlatanes de feria, los que se propinaban palizas, elogios injuriosos o difundían pregones y propagandas. Allí el orden de la cultura oficial se subvertía bajo el reinado de la risa festiva,( diabólica para el cristianismo primitivo). La risa convocaba todas las prácticas de esta cultura cómica, con sus festividades paródicas y grotescas, con usos y estilos de lengua no canónicos que afrentaban a la cultura oficial, clerical y feudal.
En este simposio popular de la plaza pública, se fue gestando una cosmovisión ambivalente, híbrida, donde el lenguaje al revés mezclaba lo alto y lo bajo, lo sagrado y lo profano, lo bello y lo feo, lo serio y lo cómico, el cuerpo y el alma, la vida y la muerte, la juventud y la vejez. Se fueron gestando otras experiencias, sentidos y sentimientos de libertad, otras formas de objetivación – subjetivación que al dislocar las formas discursivas del oscurantismo medieval, fueron capaces de plantar los cimientos de nuevas representaciones e imaginarios que se constituyeron como condición de posibilidad del advenimiento renacentista.
Este planteo que aquí se esquematiza intenta rescatar el valor que tiene para Bajtín la intervención de la palabra no hegemónica en los cambios sociales, palabra de la que precisamente suele apropiarse la literatura. Como escribe Ramón Alvarado, en el mundo académico de habla hispana ha pasado el momento del culto a los moldes intelectuales, con sus “usos” indiscriminados y las aplicaciones apresuradas de los términos que Bajtín acuñó. Es así que hoy, se recupera de Bajtín, más bien, la heterogeneidad y multivocalidad de los discursos sociales y su poderosa descripción de la creatividad y resistencia de las culturas populares.
Entonces, habrá que estar advertidos respecto de los discursos que hoy la hegemonía preconiza como transparentes bajo la reificación de algún eje neutral como, por ejemplo, el Mercado Global concebido como una maquinaria capaz de regular por sus propias leyes a toda la sociedad por sobre las Naciones y los Estados, tal como la mano invisible que Adams Smith imaginó. El mercado global, bajo su discurso de fundamento neutral, detenta la hegemonía de las decisiones políticas, conminando a un vaciamiento de poder decisional a las instituciones políticas que la democracia hubo delegado para tales fines.
En este sentido, resulta pertinente tener en cuenta la advertencia de Zizek sobre una nueva concepción de Vida neutral, la Vida como un conjunto de datos que se reproducen “genes are memes” . Concepción que desdibuja, dice el autor, la distinción entre procesos naturales, culturales, artificiales. La “ideología espóntanea del ciberespacio” considera a éste o la World Wide Web como un organismo que autoevoluciona naturalmente y la Tierra y el mercado global aparecen como grandes sistemas vivientes autoregulados, cuya estructura básica se define en términos de procesos de codificación –decodificación y de transmisión de la información.
Como vemos la monoglosia renueva sus metáforas, pero éstas mantienen la imagen de la vida interhumana atrapada en espacios orgánicos que se autoregulan, autosufiente y endógenamente, sea La Naturaleza, el Mercado Global o en esta nueva Naturaleza virtual del ciberespacio. Los Cuerpos totales, biológicistas, economicistas, cibernéticos, son cuerpos donde las voces se silencian.
Ante ello, para finalizar, volvemos a rescatar la metáfora bajtiniana del simposio dialógico inconcluso universal. Una histórica babel en la que los hombres y mujeres, diversamente nos ordenamos desordenamos, reordenamos por el significante.
El carácter incompleto, multiforme, disperso del simposio no conduce necesariamente a una pura negatividad. Por el contrario éste carácter posibilita la lucha por la resignificación y gestación de nuevos horizontes de sentidos pues las humanas verdades de la razón dialógica se construyen discursiva, social e históricamente. De todos dependerán que éstas sean a medida de nuestras mejores fantasías o de nuestras pesadillas.
Bibliografía:
- Alvarado, Ramón y otros “ El círculo dialógico. Tendencias recientes de los discursos bajtinianos, Universidad Autónoma de Puebla, México, 1995
-Bajtín, Mijail: Estética de la creación verbal. Siglo XXI Editores, 1985
- Bajtín, Mijail: La cultura popular en la Edad Media y el Renacimiento, Alianza Editoria S.A., Madrid 1988
- Kreichman, Raquel: Rhetoric of humour. Paper 8 Centre of Theoretical Studies. University of Essex, 1995
- Jameson – Zizek: Estudios culturales. Reflexiones sobre el multiculturalismo, Espacios del saber, 1998
- Raquel B.Kreichman es Profesora de Letras egresada de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNR, de prolongada trayectoria en la docencia universitaria, especializada en Semiótica y Análisis del discurso.
- Es Directora – investigadora del Proyecto de Investigación Humor y cultura en la UNER, aprobado por evaluación externa. Fue invitada por el Dr. Ernesto Laclau como Fellow a la Universidad de Essex y para el dictado del curso Doctorado por la que fuera becada por la U.N.E.R. para un trabajo durante seis meses. Es autora de diversas publicaciones en en las Universidades de Essex, Complutense, UNL y UNR, entre otras.

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